Recuerdo esa sensación de nerviosismo y extrañeza al coger el micrófono y comenzar a hablar.
No. Recuerdo que me vino a la cabeza el montón de tonterías que hice hace muchos años con una grabadora. Hacía seriales, imitaciones de aviones de guerra, contaba chistes... Aún guardo alguna de estas cintas que ahora me harían ruborecer. Pero, qué divertido...